sábado, febrero 28, 2009

Paradojas

Hace muchos años mi tía trabajaba en el Citibank de Buenos Aires. Mi hermana también fue una citibanker, aunque de rebote, porque trabajaba en Siembra que era una empresa del Citi.

Debido a estos motivos he estado en contacto con la institución durante bastante tiempo.

Cuando iba a visitar sus oficinas me asombraba su opulencia. Yo provengo de la industria, y si bien siempre trabajé en empresas medianamente interesantes, el común común denominador es cierto espartanismo. Muebles de buena calidad, materiales buenos pero nada ostentoso. Y al ingresar al Citi sentía reflejado eso.

Cuando te cruzabas con la gente y mirabas sus ropas, olías sus perfumes, o escuchabas las conversaciones frugales percibías que ganaban buen dinero. No eran “ordinary people”, estaban un paso más allá del común de la gente. Probablemente la selección ayudaba. En general chicos de escuela privada, buen nivel educativo, etc.

Siempre me quedó esa imagen del Citi.

Hasta ayer…..

Ahora Obama los hizo empleados públicos. Y entonces recordé al genial Gasalla. Y me pregunté:

La semana próxima las citibankers, ¿llevarán guardapolvos, la bombacha por las rodillas y gritarán: “ Atrasssssss!”?