viernes, noviembre 28, 2008

Cinismo

Ayer a la noche estaba leyendo en el diario las declaraciones de un directivo de un banco español que proponía que, para superar la crisis, trabajemos todos más horas por el mismo salario.

Y la mera lectura de sus palabras me sublevó. A veces siento que hay gente que juega con fuego y realmente me encantaría que un día se quemen a lo bonzo.

Que fácil es hablar desde una posición de privilegio. Apostrofar sobre lo que deben hacer los demás cuando uno gana cientos de miles de euros por año, se mueve con todos los gastos pagos por su empresa y tiene sus necesidades básicas y no básicas más que satisfechas.

Y lo peor es que alguien le publique esas declaraciones.

Porque eso permitirá que otros cínicos como él hagan corolarios de sus palabras.

La semana pasada en una convención del PP en Madrid, las juventudes del partido hablaban de eliminar el salario mínimo porque entorpece la libertad empresarial. Claro, lo hacen desde la posición de ser niños de papá que cursan en universidades privadas y para los cuales el salario mínimo de 550 euros es lo que gastan en un finde de diversión.

Todos estos genios de fácil y rápida verborragia jamás tendrán que preocuparse por llegar a fin de mes, por como pagar el alquiler o la hipoteca, pero aún así opinan alegremente.

Total, cuando con sus modelos de negocios brillantes terminan prestándole dinero de sus bancos a grandes empresas para hacer negocios espectaculares (caso Sacyr con la compra de acciones de Repsol YPF cuando se veía venir el fin de la burbuja inmobiliaria) y al descubrir que el negocio, lejos de ser bueno, es una reverenda mierda dejan de lado el liberalismo y corren a pedirle plata a Papá Estado (al que viven criticando por opresor) y hacen que, el tipo que tiene  que pagar una hipoteca, además, deba pagar con sus impuestos sus malos negocios (además de trabajar gratis para que la economía mejore).

¡Cuanto cinismo!

sábado, noviembre 22, 2008

Avivadas

Una cosa que me llamó la atención profundamente cuando llegué a España es la facilidad con la que te sacan dinero de las cuentas.

Para muchas operaciones, por ejemplo la cooperadora del cole, el pago de la cochera, etc. sólo tenes que darles el número de cuenta bancaria y listo. Todos los meses te debitan el importe en una fecha pactada y listo. Hasta aquí todo normal, como en cualquier país civilizado.

Lo que no me parece normal es lo que hacen algunas compañías como American Express o las de servicios, Gas Natural, Endesa, etc.

Estos tipos te envían la factura y ese mismo día te debitan el importe, sin uno saber realmente cuanto debe pagar. Al menos en el caso de American, si uno es ordenado como yo, sabe cuanto tiene que pagar, pero ahí comienza una nueva aventura y es saber que día cierra porque jamás lo avisan (nada de ponerlo en el recibo anterior a ver si el quía se aviva).

Así que este mes me comí dos marrones como dicen acá. Uno porque los amigos de American se acordaron de cobrar la cuota anual pero me lo informaron después que procedieron al debito y como no tenía previsto ese cargo, la cuenta no tenía saldo suficiente. Así que por faltarme 5 euros tuve que pagar casi 37 de devolución.

Y ahora me hace lo mismo lo de Gas Natural. Como estamos en un piso nuevo desde hace menos de dos meses, aún no sé las fechas de vencimiento de las distintas cosas. ¡Ayer me llegó el recibo y ayer mismo lo habían debitado!. Y lo más lindo es que en el recibo no dicen nada de cuando efectúan los cargos……

La única seria en eso es, aunque no lo crean, ¡¡Telefónica!!.

jueves, octubre 30, 2008

25 años

25 años. Mucho tiempo. O poco. Depende de la vara con la que lo midamos.
25 años de desazón y contadas alegrías.
25 años de retrocesos continuos matizados con pequeños avances.
25 años de desavenencias que nos hunden poco a poco.
Hay muchas cosas que se pueden decir de estos 25 años de democracia. Mucho debe haberse dicho en Argentina que no llegue a leer ni a oír. Y me alegro de ello.
Tuve la suerte de vivir esa época y la recuerdo como una época feliz. Había alegría en la gente. En prácticamente todos los hogares argentinos había felicidad. Puede que no la hubiese en los hogares militares o de los civiles que colaboraron con ellos, pero ciertamente era una época de alegría.
De participación. De opinión. De revisión histórica. De encendidos debates. Pero en esos debates nos oíamos. Teníamos claro adonde no queríamos volver. No más desaparecidos. No más Guerra de Malvinas. No más artistas, políticos ni pensamientos prohibidos.
Una buena época. Cuasi épica comparada con los últimos años….
¿Qué hicimos en estos 25 años?. ¿En que nos convertimos?.
Hace un tiempo leí un libro de Walter Graziano que se llama “Hitler ganó la guerra” y me parece que, para parafrasearlo, los milicos ganaron la guerra.
Lograron que fuésemos más individualistas, que nos importe sólo lo nuestro. Desbalancearon la sociedad eliminando o acotando vía exilio las patas izquierdas de la mesa y nos llevará un tiempo reconstruirlas. Mucho más que 25 años.
Y lo que no rompieron los militares lo terminaron de lograr los políticos.
Confieso que mi decepción comenzó pronto. Apenas unos meses después de aquella nefasta Pascua de “la casa está en orden” cuando vislumbramos que sí, que estaba en orden. En un orden impuesto por otros. Por los carapintadas, por el FMI, por las presiones que Alfonsín no supo o no quiso resistir.
Y de los que lo sucedieron mejor ni hablar….
Hoy acá, sentado en la compu a 12.000 km de Buenos Aires, me queda la alegría de esos días en los que aún teníamos fe. De esos días de vino y rosas como canta Ismael Serrano. De la tarde en el Obelisco en el acto de RA. De las peleas con mi viejo porque a su amado peronismo lo conducían a la derrota y porque, muy a su pesar, RA estaba más cerca de sus pensamientos que Luder y Herminio. Del “se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar”. De las discusiones en lo del Chivas. Y de la incredulidad cuando veía que las cifras del escrutinio lo hacían a Raúl presidente….
Espero que los próximos 25 años sean mejores. Que los de esa generación podamos reencauzar nuestra lucha por una Argentina mejor aun desde la distancia. Porque si no lo logramos, tengan por seguro que los milicos habrán ganado la guerra.

jueves, junio 26, 2008

Conduciendo

Cuando un porteño conduce su auto por las calles españolas, al menos las catalanas, descubre cuando distinta es la actitud de los conductores.
Una de las cosas que más me llama la atención es el arrancar en un semáforo.
Es increíble la parsimonia con la que se toman la ceremonia. Nada de estar mirando el semáforo de enfrente ni nada por el estilo (influye también que los semáforos están antes de la esquina y no después como en Argentina). Pero aún así, una vez que la luz se pone verde, se toman su tiempo. Y lo mejor es que nadie te hace luces, nadie te putea ni te toca bocina. Yo, cuando estoy primero, arranco normal, tan pronto se enciende el verde y me siento cual Ayrton Senna porque nadie me sigue….
Otro tema son los embotellamientos. Acá vale el pasa uno de cada lado, nada de esa proverbial viveza criolla que dice: “o paso yo o no pasa nadie”. ¡Es asombroso!.
Un tema no menos relevante, es el del estacionamiento. No importa si es en un garaje o en la calle, siempre es complejo. En la calle porque los lugares están utilizados al máximo y no es extraño ver coches estacionados en sitios donde ni el más loco de los porteños lo dejaría (por ejemplo en la plena esquina) o con dos ruedas sobre la vereda. Y en los parking (¡aunque no lo crean así llaman a los estacionamientos!) siempre hay poco lugar. Yo creo que los diseños datan de la época del Fiat 600 y que los autos han evolucionado en tamaño desde entonces, por lo que prácticamente todos los coches, excepto el Smart, tienen dimensiones que hacen que la cochera sea ajustada por lo que hay que hacer muchas maniobras para estacionar (y lo que es peor en los exámenes de manejo no toman estacionamiento). Es increíble ver como estacionan los Porsche Cayenne u otras 4 x 4 en sitios mínimos. Y también es increíble ver como una gran parte de los coches lucen raspones por esa razón.Y para cerrar, el broche de oro son los peajes. En verano hay, ¡hasta 30 kilómetros de cola!. Te perdes tranquilamente una hora larga esperando que te cobren. ¡De terror!. Y encima son carísimos. Para masocas!!!.

sábado, junio 14, 2008

Algo anda mal en Europa

En estos días dos noticias me sorprendieron en los diarios. La primera es el permiso para ampliar la jornada laboral semanal del límite de 48 horas a 65, revirtiendo una normativa vigente desde 1917. Todos los argumentos a favor de esta regla son nulos, vagos y pecan de mentirosos. Si una persona quiere trabajar más de lo que le corresponde es libre de hacerlo pero siempre estaba la ley para protegerlo. ¿Ahora que?. ¿Quién podrá defendernos?. Para peor al Chapulín Colorado casi no lo conocen y encima Chespirito está viejo….

Me imagino que los alemanes, franceses e italianos que votaron a Merkel, a Sarkosy y al corrupto Berlusconi han de estar felices. Ellos apoyaron la medida, sólo faltaron los mellizos polacos y sólo porque los rajaron antes.

La otra es el no de Irlanda al Tratado de Lisboa. Vaya paradoja que quienes más se han beneficiado en los últimos 20 años con la asistencia europea sean los que pongan palos en las ruedas.

No me cabe duda que lo que anda mal en Europa es el estado de bienestar, tanta cerveza, tanta buena vida les ha arruinado el cerebro. Podríamos mandarlos unos años a la Argentina a ver si recuperan la memoria…..

viernes, mayo 16, 2008

Capital Federal

Un buen homenaje a mi ciudad de un grupo español (La Fuga) que, como buen porteño, no puedo dejar pasar.



El sabor de una quilmes en San Telmo
la prisa de la gente, la avenida Corrientes
el rastro de los domingos, tus taxis urgentes
tu rio de la Plata, tus dulces noches

El calor de los bares en Palermo
tu rock callejero, tu tango arrabalero
el caminar por las noches de los cartoneros
el hambre de las villas, el lujo de Puerto Madero...

Antes de marcharme, ya quería volver,
antes de llegar, ya quise quedarme
Plaza de Mayo, la Boca, Palermo
¿cómo olvidar?
Sabes que te extraño, Capital Federal...

Una tarde de domingo en plaza Francia,
las risas en el Bauen, que es mi nueva casa
tu verano feliz, tu vino en mi garganta
no mata las penas pero las espanta...

Antes de marcharme, ya quería volver,
antes de llegar, ya quise quedarme
Plaza de Mayo, la Boca, Palermo
¿cómo olvidar?
Sabes que te extraño, Capital Federal...

Si quieren saber más del grupo les paso el link:

http://www.lafuga.net/main.php


jueves, abril 24, 2008

La Diada de Sant Jordi

Ayer, 23 de abril, se celebró en Catalunya el día de Sant Jordi (San Jorge para los castellano parlantes). Este santo es el patrono de la comunidad autónoma y tiene una de las celebraciones más bonitas que conozco. Para festejarlo la gente se intercambia rosas y libros.
Este año vivimos nuestro tercer Sant Jordi y como no podía ser de otra manera, las mujeres de la casa recibieron rosas (azules y rojas para celebrarlo con los colores del Barça) mientras que los caballeros, al menos el que esto redacta, recibió un libro (El día del ángel de Carlos Ruiz Zafón, de quien recomiendo sus anteriores novelas La Sombra del Viento y Marina).
La Diada es una fiesta muy particular, una especie de Feria del Libro porteña pero concentrada en un solo día y en la que por suerte este año el tiempo acompañó. Las editoriales movilizan a sus autores a los principales centros comerciales y también instalan puestos en puntos neurálgicos de la ciudad donde la gente interactúa con ellos y hace firmar los ejemplares de sus obras. Este año estuvieron por las calles catalanas Quino (adorado por Mafalda, cuando no, lo paradójico es que los amigos de mis hijos no sabían que Mafalda era porteña, pensaban que era española) y Liniers, así como también Isabel Allende. Hay puestos de venta de libros y rosas en muchas esquinas y la gente disfruta de un día atípico. Lo mejor de todo es que no es feriado por lo que resulta un día más especial aún.
Para que se den una idea del movimiento se calcula que ayer se vendieron no menos de 6 millones de rosas (con precios entre 3 y 6 euros cada una) y sólo Ruiz Zafón vendió 530.000 ejemplares de su novela.
La foto que ilustra este comentario fue obtenida de
El Periódico.

viernes, marzo 07, 2008

Energía eólica

Cuando terminé el secundario, allá por 1983, mi primer trabajo fue en Techint SA, la empresa de ingeniería de la Organización homónima. Como joven dibujante una de mis tareas era la de tener permanentemente ordenado el archivo de normas y publicaciones técnicas que mensualmente recibí el departamento en el que trabajaba. Para ello debía leer con cierta dedicación las publicaciones y catalogarlas, de manera de poder asesorar a los ingenieros cuando ellos necesitaban ampliar los datos de algún tema en especial. Debía también circular las numerosas revistas técnicas de todo el mundo que recibíamos, verificando que todos los profesionales tuviesen oportunidad de ponerse al día en los temas más avanzados de su profesión.
Un día recibí la revista interna de la Organización y me sorprendió una nota sobre el potencial de la energía eólica en Argentina. Muchos de mis compañeros no tenían idea de que se trataba pero como yo había hecho un trabajo grupal en el secundario sobre los potenciales energéticos de Argentina tenía una idea y este trabajo terminó por certificarme el tremendo potencial eólico del país.
Al cabo de un par de años dejé la empresa y seguí prestándole atención al viento mientras ocasionalmente aparecía una nota aquí u otra allá sobre el tema. A mediados de los 90, trabajando en una empresa sueca, estábamos analizando la instalación de una nueva planta de producción. La materia prima que necesitaba la planta era muy fácil de hallar y económica. Simplemente necesitaba aire. Pero para poder procesar el aire se consumía mucha energía eléctrica. A modo de ejemplo la planta que debía ser reemplazada consumía como una ciudad de 50.000 habitantes durante las 24 horas de los 365 días del año. En una de las reuniones yo propuse que contemplásemos la posibilidad de instalar algunas torres eólicas para generar nosotros mismos parte de la energía que consumiríamos. Obviamente faltó poco para que alguien pidiese “¡un chaleco de fuerza a la derecha, por favor!”. Pero sigo sosteniendo que un simple estudio del tema me hubiese dado la razón.
Al cabo de unos años y visitando a mi familia en Asturias, descubrí unos parques eólicos fabulosos e informándome advertí que España era uno de los países más avanzados del mundo en el tema, teniendo el 10% de su capacidad de generación eléctrica en parques eólicos.
El tiempo siguió su curso y el año pasado, mirando desde 12.000 km de distancia la crisis energética de Argentina me preguntaba porque nadie había hecho nada sobre el tema.
Sabía que INVAP había desarrollado generadores, sabía que existía un gran potencial especialmente en la Patagonia despoblada donde nadie podía quejarse del impacto visual de los aerogeneradores (un tema que aquí preocupa a los puristas del turismo rural y a los paisajistas) y conocía de algunos pequeños proyectos especialmente en el sur. Pero eran todas iniciativas aisladas sin un esfuerzo orientador.
Pero en esta última semana dos noticias terminaron de impactarme. La primera la leí en
La Nación e informaba sobre la instalación de una planta para fabricar aerogeneradores en Brasil por parte de IMPSA (la empresa metalúrgica de los Pescarmona) y la segunda la leí esta mañana en El País y habla sobre la producción de energía en el día de ayer (6 de marzo de 2008) en España, destacando que el 25,5% de la energía eléctrica consumida provino del viento.
Y la verdad es que la sana envidia se convirtió en bronca. ¿Por qué dejamos pasar más de 20 años para desarrollar algo?. ¿Dónde estaríamos si hace 20 años algún tipo medianamente honesto le hubiese dedicado algo de esfuerzo al tema?. ¿Cuánta contaminación nos hubiésemos ahorrado?. ¿Qué desarrollos hubiésemos tenido, porque los ingenieros y técnicos argentinos puestos a trabajar en proyectos de esta especia son excelentes, del mejor nivel mundial?. Espero conseguir pronto trabajo… porque si sigo leyendo cosas como estas con mucha frecuencia voy a explotar.

sábado, febrero 23, 2008

Sana envidia

Cuando un español (o catalán) tiene un pequeño atisbo de discriminación hacia mi persona por mi argentina sonoridad al hablar le dejo caer descuidadamente la composición genética de mi ser. Le cuento que mi abuelo materno era asturiano, que mi abuela materna era hija de andaluces y que mi abuelo paterno era gallego. Si a eso le sumo que mi abuela paterna era descendiente de italiano mi composición sanguínea es tan “europea” como la de él.
Esta descripción, sin embargo, es un tanto mentirosa, ya que mi abuelo paterno era, en realidad, brasileño. Eso si, de padres gallegos, pero nacido (cuentan que fruto de una detención en el derrotero de la emigración hacia nuestro país) en nuestro vecino norteño.
Nunca conocí a mi abuelo ya que falleció cuando mi papá tenía 8 años. Quizás como un acto reflejo con su propia suerte, mi viejo era profundamente anti brasileño. Desde el fútbol hasta todo. Creo que lo único que aceptaba de Brasil era el café. Obviamente esa influencia paterna fue dejando una marca en mí durante mi infancia y parte de la adolescencia.
Pero a medida que comencé a despegarme del hogar maternal y a realizar un despliegue gradual de las alas para volar en libertad empecé a leer y a informarme sobre Brasil. Quizás la primera influencia fue musical. Tipos como Caetano, María Bethania, Toquinho o Os Paralamas comenzaron a minar mi agresividad. Y después comenzó la lectura. Recuerdo los primeros años de democracia y los esfuerzos de Alfonsín y Sarney por comenzar a limar asperezas alimentadas por años de brillantes estrategas ”verde oliva” a ambos lados de las fronteras. Uno de los recuerdos es el de una revista de una comisión que estaba a cargo de Aldo Ferrer donde se hablaba de proyectos en el área nuclear (el famoso submarino atómico en común), aviones entre Embraer y la FMA de Córdoba, etc. Eran proyectos entre “pares”. Dos países que estaban sumergidos por años de dictaduras, con el peso de sus deudas externas, con un futuro por delante incierto pero venturoso.
Hoy, más de 20 años después, la lectura de las noticias de distinto tenor tanto aquí en España como en medios argentinos nos muestran a un Brasil cada día más grande, buscando reafirmar la “B” del BRIC (Goldman - Sachs dixit). En los últimos tiempos camina a pasos acelerados a ser el representante de América del Sur en el Consejo de Seguridad de la ONU en el caso en que se decida ampliarlo. Hoy su presidente está de visita en Argentina y vuelven a salir a flote los viejos proyectos de cooperación. Sólo que ya no somos iguales. Ahora a Brasil le interesa lo poco que podemos aportar. ¿Hay una buena fábrica de aviones inactiva en Córdoba?. Bueno, que produzca algunas partes para Embraer que tiene su producción vendida por más de 5 años. ¿Necesitamos reactores nucleares pequeños y efectivos?. Creo que INVAP tiene una buena idea pero nadie en su país la banca. ¿Las cuencas marítimas argentinas tienen una estructura geológica similar a la que a nosotros nos está permitiendo autoabastecernos?. Que Petrobras compré una petrolera argentina. ¿Hay que reforzar la estructura de la industria cárnica?. En el sur hay buenos frigoríficos, cómprenlos.
Brasil, y también Chile, tienen una orientación estratégica, sin importar el signo del gobierno. Su norte es el mismo y saben donde quieren ir y lo buscan. Argentina sigue boyante. Diez años a la derecha, diez a la izquierda, otros diez para atrás. Nuestra dirigencia (y nosotros mismos que la generamos, no nos engañemos) sigue siendo pendular. ¿Será por eso que hay muchos blogs de argentinos diseminados en el mundo?.

miércoles, febrero 13, 2008

Aviones

Habiendo nacido en el “culis mundi” (porque no se puede negar que Argentina está lejos de todo), desde chico sentí una especial atracción por los aviones. Quizás pueda echarle la culpa a mi abuelo que los domingos nos sacaba a pasear en el colectivo (aclaro que él era el propietario de un bondi de la línea 67 y cuando no trabajaba este se constituía en el coche de la familia) por el Aeroparque o a las innumerables películas de guerra que vi en los “Sábados de Super Acción” del viejo Canal 11.
El tema es que los aviones siempre me parecieron máquinas fascinantes hasta que, por suerte o desgracia, me convertí en usuario medianamente frecuente de ellos.
Mi primer molestia eran los vuelos nacionales, cuando había que tomar los micros de Aerolíneas o Austral para llegar al bendito avión en Aeroparque. Jamás entendí porque demoramos años en poner “fingers” para llegar al avión y como cada vez que volaba, aún en aquellas épocas en que lo hacía más de una vez a la semana, la probabilidad de lluvia se duplicaba, cada dos por tres me mojaba como un tarado esperando que la gente subiera al avión o al micro. Por suerte, y como un dejo malquerido del Mundial´ 78, en Ezeiza si los había así que al menos si viajabas fuera del país zafabas. Pero los problemas no pasaban de ahí. Los retrasos se debían a problemas meteorológicos y era poco frecuente que se extraviara el equipaje (al menos en los vuelos locales).
A medida que pasó el tiempo, y más aún desde que vivo aquí en Barcelona, la relación con el mundo de la aeronáutica se ha ido acrecentando. Pero desgraciadamente la calidad de los servicios, lejos de mejorar, ha ido cayendo en picada. En estos dos años y medio que llevo acá no he encontrado una sola persona que no haya tenido un incidente con un viaje aéreo. Retrasos, pérdidas de valijas, abusos en las aduanas o en los controles previos, mal humor de tripulaciones, etc. A eso debemos sumarle que es el medio de transporte que más contamina.
Un estudio realizado en Estados Unidos entre enero y noviembre de 2007 determinó que al menos 1,6 millones de vuelos tuvieron un retraso de al menos 15 minutos. Esos retrasos sumaron algo así como 170 años de tiempo de la masa de afectados. Y a eso hay que agregarle los tiempos en las colas que se han multiplicado, los tiempos muertos en conexiones perdidas y en las larguísimas caminatas dentro de los aeropuertos, etc.
Según Tom Enders, presidente de Airbus, la aviación comercial aporta – directa e indirectamente – el 8% del PBI mundial y da trabajo a 29 millones de personas. Me resulta increíble que esa masa de gente y de recursos no pueda encontrar una solución a estos problemas.
Podemos decir que el tráfico creció vertiginosamente pero también es cierto que lo mismo ocurrió con otras actividades donde el servicio es relativamente mejor y más económico.
La aviación comercial es una gran mascarada donde se muestra eficiencia, lujo, tecnología y confort y lo que se obtiene es cansancio, mal humor y pérdida de dinero o tiempo. Desde los sistemas vetustos (Amadeus, el sistema que utilizan gran parte de las agencias de viajes y aerolíneas, es complejo y prediluviano), edificios muy estéticos y mastodónticos pero poco funcionales hasta tercerizaciones que hacen que sea todo un poco más ineficiente. Todo sazonado con millones de viajeros malhumorados y maltratados que creen que sólo ellos han sido víctimas cuando la realidad muestra que todos somos víctimas de la ineficiencia de quienes manejan este negocio.

domingo, enero 20, 2008

Papelera again

Todas las mañanas suelo leer varios diarios argentinos y españoles, algunos en papel y otros vía web. No me gusta tener una sola versión de la historia porque cada quien la cuenta en función de sus propios intereses y, peor aún en los medios de comunicación, en el interés del dueño.
Hoy a la mañana mi desayuno se atragantó cuando leía una nota de La Nación que, victoriosa, propagaba que la planta de Botnia no contamina. Leyendo el artículo me enteré que una prestigiosa consultora en temas ambientales presidida por don Gorbachov había efectuado un estudio sobre el impacto de distintos efluentes gaseosos en una playas cercanas a la localidad entrerriana de Gualeguaychú. Parece que en estos estudios comparativos entre los días previos a la puesta en funcionamiento de la planta y los 20 días posteriores al arranque han mostrado que el aumento de la concentración de dióxido de azufre fue mínimo, por debajo de los standards permitidos internacionalmente.
No voy a dudar de los métodos empleados pero me parece que afirmar en la portada de uno de los principales periódicos de Argentina que una planta no contamina con apenas 20 días de funcionamiento es un tanto arriesgado.
Asumiendo que la mayoría de los mortales obramos sin maldad (no creo que nadie en su sano juicio contamine adrede el planeta) podemos pensar que la contaminación es producto de la desidia del hombre. Y precisamente Botnia no va a actuar con desidia en estos momentos. Al contrario, hará lo posible por demostrar que su planta es “perfecta”. Que no sólo no contamina sino que hasta mejora la calidad del medio ambiente.
Estoy seguro que la planta instalada cumple con lo mejor de lo mejor en lo que a ingeniería se refiere y por ende la planta debería funcionar con bajas emisiones al menos por algún tiempo.
Los problemas seguramente ocurrirán cuando los operarios comiencen a confiarse y trabajen automáticamente, cuando el vaivén de los precios internacionales haga que el mantenimiento comience a relajarse, cuando los controles se hagan más laxos, cuando los gerentes por tener una mayor productividad hagan funcionar a la planta en regímenes no tan “ecológicos”, etc.
Y ahí se corre el riesgo de tener un problema.

viernes, enero 18, 2008

Subsidios odiosos

Hoy leía una nota sobre el cierre de una planta de Nokia en Bochum (Alemania) y su consecuente deslocalización a países del Este europeo dejando a cerca de 5.000 personas (entre empleos directos e indirectos) en la calle. Hace poco sucedió lo mismo aquí en Barcelona con los laboratorios de Merck. Y el máximo directivo de Nissan en España vive amenazando despidos desde hace un par de años (al menos desde que yo vivo por estas tierras) y así obtiene subvención de acá y dádivas por allá.
Hace unos años en Argentina vivimos una competencia entre nuestro país y Brasil (que como de de costumbre perdimos) por plantas automotrices. Y las armas de la competencia fueron subsidios estatales. Recuerdo también, el convenio entre la provincia de Córdoba y su ciudad capital con la estadounidense Motorola para que esta instalase un laboratorio en la Docta. Si la memoria no me falla, en este convenio las autoridades hasta se hacían cargo de la construcción del edificio del mismo (pagando el alquiler de unos pisos mientras no lo tuviesen listo).
Y es ahí donde me pregunto que validez tienen estos subsidios. ¿Por qué subsidiar a estos monstruos, que no lo necesitan en absoluto, en vez de destinar el dinero a otras cosas más urgentes?. O si se quiere subsidiar, mejor hacerlo con investigadores locales o empresas pymes que tendrán una afinidad mayor con su entorno y, obviamente, un apego mayor a él. Porque es fácil decidir el cierre de una planta de producción o de un laboratorio cuando el mismo está lejos. Es cuestión de ver un par de presentaciones de Powerpoint y una planillitas de Excel con números que pueden o no ser verídicos (total los que las hicieron sabían que querían ver los jefes) y listo. ¿Será menos eficiente la planta que se cierra en Alemania que otra en Finlandia?. No sé, pero los obreros no le harán piquete en la puerta al CEO y eso es lo que vale.
En este mundo globalizado donde los pesos (o dólares o euros) cada día se vuelven más escasos creo que tenemos que ver bien como nuestras autoridades gastan el dinero y a quien financian. ¿Necesita Nokia una financiación de 88 millones de euros si ganó 3.600?. ¿Tendremos móviles más baratos por esto?. No lo creo. Estoy seguro que si Catalunya hubiese destinado el mismo flujo de inversión al mismo grupo de profesionales (que al fin y al cabo en la investigación es lo que cuenta) sin tener de intermediario a Merck hubiese logrado un mejor resultado final y la ciencia catalana hubiese gozado de más prestigio. Y el laboratorio seguiría operativo.
Y por sobre todas las cosas, tenemos que aprender bien a conocer a nuestros dirigentes empresarios, que suelen pedir libertad para expoliar y subsidio para el resto…. Y la van de liberales!!!

miércoles, enero 09, 2008

Educación

En las últimas semanas, tanto acá en España como en Argentina (y aparentemente también en países como Japón) la publicación del informe PISA trajo una multitud de secuelas. Por lo general han sido muestras de pesar por la pésima posición en la que ambos países quedaron dentro de la evaluación.
Una consecuencia natural de la aparición de este tipo de informes es la peregrinación de periodistas y analistas a los países que han obtenido mejores resultados y la consiguiente presentación del informe de visita en distintos medios de comunicación. En el caso del PISA el país a visitar es, periódicamente, Finlandia. Y como no podía ser de otra manera, en esta ocasión han vuelto a llovernos reportajes sobre la excelente educación del país nórdico.
Cómo un tipo que se ha pasado gran parte de su vida manejando números quiero aclarar que soy bastante escéptico a este tipo de informes “globalizadores”. Que la situación en España o Argentina en materia educativa no es buena no hace falta evaluarla mediante ningún tipo de comparación. Basta con hablar con un adolescente o recibir el curriculum de un profesional joven y comprobar que no saben redactar, tienen errores de ortografía, etc. Ni que decir de los que somos padres y comparamos pasado y presente.
Pero bien, PISA está acá y las notas sobre Finlandia también. Y una de estas notas me gustó y por eso se las recomiendo. Es una
nota que se publicó en la semana de Navidad, época en la que la gente está más dedicada a llenar de paquetes el arbolito y de comida el estomago (los que somos afortunados y podemos hacerlo) que a leer reportes de este tipo pero como yo soy algo masoquista la leí de cabo a rabo y me pareció de las más rescatables porque se tomaron el trabajo de ir a un colegio a ver qué pasaba y no se conformaron con hablar con quienes manejan políticas desde un escritorio. Felicitaciones a la gente de XLSemanal y en especial a Carlos Manuel Sánchez por el reportaje.
De la nota hay cosas que me gustaron y que creo que debe destacarse. La educación es pública y gratuita (97% de los fineses estudian en colegios estatales). Los colegios están bien equipados y los libros son gratis (si mi memoria no falla por estos lares el PSC de Montilla prometió lo mismo pero en septiembre gasté 600 euros en libritos para los niños y la suma crece mes a mes). Los chicos comen en la escuela y dentro del mismo establecimiento hay médicos, psicólogos, asistentes sociales y hasta dentista. El estado vela por la igualdad de oportunidades y dá lo mismo estudiar en Laponia (no en la fábrica de helados de Barracas) que en Helsinki y se les enseña a pensar y a discutir los problemas. Los docentes tienen salarios dignos y una carga de trabajo razonable y por sobre todas las cosas es una profesión respetada. Los chicos van casi todo el día a clases y tienen tarea para el hogar. Y un tema no menor: no es caro. Invertir 200.000 euros en la educación de un chico, desde la guardería hasta la universidad es una cifra más que razonable. Y el mejor gasto que puede hacer una nación.
Y ahora viene la comparación. Siempre que se presentan los reportes PISA no se discrimina entre colegios públicos y privados (o concertados como se llaman en estas tierras). Acá en España un 35% de los chicos estudian en escuelas concertadas y se me ocurre que en Argentina el porcentaje debe ser bastante similar. Y si los resultados de PISA son malos quiere decir que los colegios privados son malos también. Entonces, ¿Por qué la mentira de decir que son mejores?. Es mejor para el que lucra con la educación pero a todas luces está visto que no es bueno para la sociedad. Mi experiencia personal con la educación de mis hijos es que en la escuela pública han tenido mejor educación que en la privada y a un costo sensiblemente menor.
Otro mito que cae es el del asistencialismo. Muchas veces he oído decir a la gente (y lamentablemente a muchos docentes) que la escuela es un lugar para enseñar y no para darle de comer a los chicos o velar por su salud. ¿Qué mejor lugar que un sitio donde están gran parte del año, y donde por lo general no hay gran rotación, para poder llevar a cabo medidas sanitarias que en una escuela?. Los chicos concurren a ellas desde los 3 a los 17/18 años durante gran parte del año y es allí donde se puede hacer un seguimiento de su salud, sus problemas, etc. Obviamente debe ser encarado por los profesionales adecuados (pediatras, nutricionistas, dentistas, etc.) pero no se puede desperdiciar esa facilidad.
Tanto para Argentina como para España queda un largo camino por recorrer para llegar a los niveles de Finlandia. Primero los políticos deberían (presionados por la sociedad) alcanzar acuerdos mínimos. Basta de pelear por boludeces como si la religión es una materia o no. Los temas son otros y más graves. El futuro de los dos países está en juego en la competencia mundial de naciones y no podemos darnos el lujo de dejar pasar las oportunidades.