viernes, septiembre 25, 2009

Competencia

Hace más de una semana que no tenemos internet en casa. Podría decirse que nadie se ha muerto por una falta tan nimia. Y es verdad, estamos todos bien de salud. Es más, como hoy recordábamos después de almorzar mientras hacíamos sobremesa, dado que no tenemos internet en casa disfrutamos de más tiempo como familia porque ninguno se levanta disparado de la mesa tan pronto terminó su plato y postre para conectarse. Pero esta mejora en ciertos aspectos de nuestra calidad de vida familiar se ve menguada en otros como por ejemplo la imposibilidad de obtener información sobre algunos temas de interés, la pérdida de contacto momentánea con algunos amigos, las dificultades para buscar trabajo o controlar las cuentas bancarias, etc.

Nuestros problemas con internet comenzaron cuando, hace ya quince días, decidimos solicitar que Telefónica nos instalase Imagenio (su oferta de televisión que completa el dúo teléfono – ADSL). Nuestra intención era disfrutar del fútbol televisado (como les contaba en la nota anterior). Pero no tuve en cuenta que nuestros deseos y las ganas de vender de las empresas chocan con las realidades tecnológicas. Y como mi casa está algo lejos de la central, la señal que llega no es lo suficientemente buena como para combinar una internet de 10 Mb (que es lo que teníamos) con los requerimientos de Imagenio. Así que debíamos optar por mantener la velocidad de la web o bien sacrificar un 40% de esta en aras de obtener televisión.

En cualquiera de los casos, como el pedido original debía cancelarse, tenía que esperar que Telefónica regresase la configuración de mi línea en la central al status anterior. Erróneamente creí que, como era un problema técnico de la empresa que me había vendido un servicio que no podía cumplimentar (sólo ellos conocen la calidad de sus líneas) la respuesta sería rápida. Llevo más de una semana en espera….evidentemente la velocidad de respuesta no es un atributo de calidad para Telefónica.

De nada valieron las reclamaciones al servicio técnico (dicen que es un problema comercial) ni a los comerciales (adivinen que…. si, acertaron dicen que es un problema técnico).

Mientras tanto estuve averiguando con otros operadores para cambiar de servicio, pero o bien utilizan tecnología celular (como Orange o Vodafone) o bien llegan vía cable pero utilizando la infraestructura de Telefónica. La tecnología celular tiene inconvenientes de ancho de banda (más limitada que en el caso del cable, al menos por acá), y de capacidad de bajada de información), mientras que en el caso de los que ofrecen el servicio por cable (si bien ofrecen el doble de velocidad que Telefónica) tiene la limitación que ya mencioné (con lo que pese a tener un servicio de otro seguiría siendo esclavo de los técnicos de Timofónica).

Todas estas cuestiones yo he conseguido dirimirlas en cierta forma porque poseo algún conocimiento, vago pero conocimiento al fin, sobre temas tecnológicos. Cualquier otro ciudadano hubiese tenido que soportar la misma espera pero además no tendría ni la más mínima idea del porque de la situación (pensándolo bien quizás sería más feliz…).

La cosa es que soy un esclavo más de una empresa que no puede gestionar líneas telefónicas en España, en Argentina o en Brasil pero que sin embargo va por más, ya que el otro día salió en la prensa española que compró el 9% de una empresa china.

Y acá es donde comienza la reflexión. ¿Por qué permitimos que las empresas se globalicen, se fusionen, crezcan desmesuradamente, si no son capaces de brindar buenos servicios en ningún lado?. Y no hablo sólo de empresas telefónicas sino de todas las empresas en general.

Hace un tiempo leí que el 80% de las fusiones que se llevaron a cabo desde el año 1990 en adelante no habían cumplido con sus objetivos operativos (que en general son mejorar el servicio / producto y brindar un mejor costo final). Y, peor aún, tampoco habían logrado cumplir con los objetivos prometidos a los accionistas. Pero se siguen fusionando empresas….

Las fusiones sólo permiten ganancias a quienes las proponen, a quienes las financian, a quienes realizan tareas de consultoría, etc. pero significan pérdidas, en general, para accionistas y consumidores. Y cuando, por alguna razón, algún gobierno se opone a una determinada fusión (como sucedió en Argentina con la compra de las acciones de Telecom Italia por Telefónica que creaban una sola dirección para todos los teléfonos fijos de Argentina aunque César Alierta lo desmienta) comienzan a aparecer los adláteres del libre mercado que critican sin piedad.

La única defensa que tiene el consumidor es la libertad de competencia. Y mientras se vaya reduciendo la cantidad de prestadores existentes para un determinado bien y/o servicio los consumidores seremos cada vez más esclavos de los caprichos de los empresarios. ¿No va siendo hora de que digamos basta?.

lunes, septiembre 21, 2009

Volver al ruedo

Durante nuestro primer año en España me dediqué, junto con Inés, a escribir una suerte de diario quincenal que enviábamos a familiares y amigos. En este quincenario contábamos lo que nos sucedía en ese período y cosas que ocurrían por estas tierras. La idea era un poco mantener a todos actualizados y que recibiesen la misma información con el fin de evitar confusiones.

Realmente resultaba una tarea muy interesante porque yo lo redactaba e Inés proponía los temas o agregaba detalles importantes desde el punto de vista femenino. Creo, basándome en los comentarios recibidos, que quienes lo recibían lo disfrutaban bastante. Es más, hemos recibido reclamos por algunas demoras en el envío cuando por motivo de algún viaje nos retrasábamos en nuestra tarea.

Al cumplir nuestro el primer año en tierras catalanas decidimos dejar de editarlo. Ya estábamos afianzados y, paralelamente comenzaban a avizorarse algunos nubarrones en el horizonte, y a mi decididamente no me gusta contar “pálidas” porque creo que todos tenemos las nuestras y no hay que ir por ahí deprimiendo al prójimo.

Pero a decir verdad extraño un poco esa tarea en la que podía hacer una de las cosas que más me gustan y que no es otra que contar cosas, comparar situaciones y que mis amigos y familiares puedan aprender algo nuevo de uno y otro lado del Atlántico.

Así que decidí que voy a volver a escribir el reporte. No creo que tenga una fecha fija de publicación ni una periodicidad predeterminada. Lo que sí es seguro que no será más vía mail. A partir de ahora lo publicaré en el blog y en Facebook. Debido a ello es que tendré que pulir un poco el lenguaje para que lo comprendan en ambas orillas.

Y este primer número de la “reentre” lo quería dedicar a un tema que nos está conmoviendo por igual a argentinos y españoles. Se trata, nada más y nada menos, de las transmisiones de fútbol por televisión.

En los dos países se han producido cambios en la manera de vender el fútbol televisado. Ambas se muestran como formas de acercar al pueblo al deporte más popular de estos países pero no terminan de ser maniobras políticas de los gobiernos de turno.

De manera coincidente, el monopolio del fútbol televisivo en ambos estaba en manos de los dueños de los principales periódicos de cada mercado (“Clarín” en Argentina y “El País” en estas tierras). Ambos comercializaban los partidos permitiendo que algún encuentro se mostrase por televisión abierta y vendiendo el resto de los partidos por el método de “pay per view”.

En España el problema comenzó a perfilarse hace un par de años ya que “La Liga”, esto es quienes manejan los hilos del fútbol de primera división, no posee los derechos del televisación del torneo sino que estos dependen de cada club. Desde que apareció en 2006 el grupo que es dueño de “La Sexta” (un canal de tele abierta que comenzó a transmitir a comienzos de ese año) fue adquiriendo los derechos televisivos de los principales equipos y plantándole cara a “El País”. El punto máximo de la pelea llegó en el campeonato pasado cuando muchos partidos fueron transmitidos por tele abierta.

Para evitar esta pelea, y como ambos bandos no se terminaban de poner de acuerdo (por otra parte los dos eran pro-gobierno), el gobierno de ZP tomó parte por uno de ellos y elaboró un lindo decreto (acá también se usan) por el que autorizó el TDT pago (TDT es, para los argentinos, televisión digital terrestre o sea una manera de transmitir la televisión que está reemplazando a la analógica de los canales de aire por un nuevo estándar digital y que en Argentina se hará en portugués y japonés). Este decreto dejó bien parado a “La Sexta” en detrimento de “El País” (que como podía esperarse pasó de elogiar a ZP a criticarlo como si fuese cuasi Satanás) y nos sumió a quienes queremos ver algún partido por fin de semana en un profundo caos.

Antes, si eras aficionado al fútbol, pagabas la cuota de Digital+, comprabas el abono de fútbol y listo. Gozabas de un partido por semana en PPV, el del domingo en Canal+ 1 y el del sábado que transmitía “La Sexta”. Era caro pero ordenado. Si no tenías Canal+ podías ver los resúmenes de los partidos una vez que terminaban en cualquier canal y seguir los resultados por radio o vía web. Además, había bares que transmitían los principales partidos.

Ahora hay que ser un auténtico egiptólogo para descifrar el jeroglífico que han creado. Algunos partidos los transmite Gol TV (el TDT de pago de “La Sexta”), otros los sigue transmitiendo Canal+ y algunos pocos salen por aire a través de “La Sexta” o los canales autonómicos. Así que si uno quiere ver la misma cantidad de partidos que antes tiene que gastar lo mismo sólo que en vez de tener un único proveedor ahora tiene al menos 2.

En Argentina la situación es, al menos para la gente, un poco mejor porque, creo, todos los partidos se están transmitiendo por aire.

La AFA, propietaria de los derechos televisivos del campeonato, rescindió el contrato con TyC y firmó uno nuevo con el gobierno K a cambio de duplicar sus ingresos anuales. Los ciudadanos podrán ver todos los partidos que deseen y que su familia les permita.

A cambio de eso el gobierno le pagará anualmente a la AFA y los clubes 600 millones de pesos (poco más de 100 millones de euros).

El fútbol televisado no es un asunto de Estado. Los fanáticos de los distintos equipos tienen múltiples opciones para seguir a su equipo. Desde ir al estadio hasta la televisión paga pasando por la radio o seguirlo por internet. Los equipos pertenecen a clubes o tienen dueños y no son instituciones públicas sino sociales.

Destinar millones, que tendrían mucho mejor uso combatiendo la desnutrición infantil o mejorando la educación, a darles una vía de escape a dirigentes que roban una y otra vez (salvo honrosas excepciones) el patrimonio de los clubes que deben defender o terciar en una disputa entre empresas no es una tarea de quienes nos gobiernan.

Pero bussiness are bussiness, los políticos se alimentan del fútbol y algunos lo usan como escala para cosas más importantes (caso Macri en Argentina y Laporta en el futuro en Barcelona) y los giles pagamos. Ya se vía impuestos o vía abonos!!!.

lunes, septiembre 14, 2009

Más gripe A

Siguiendo con el tema de la gripe A y leyendo la nota aparecida ayer en El País sobre las lecciones que deja el caso argentino cada vez estoy más convencido de la manipulación mediática producida en este tema de una manera intencionada.

En primer lugar, y tal como lo suponía, no se hicieron análisis a toda la gente, por lo que decir que hubo un millón de casos es una falacia. Si no se determinó mediante análisis la presencia del virus no se puede decir que la persona padecía de la enfermedad. Las mediciones reales daban un 44,8% de infectados con el virus sobre el total de casos de gripe y es la única cifra real al respecto.

El período del pico es coincidente con el histórico de la gripe (desde el día del Padre hasta las vacaciones de invierno) y los casos merman cuando se paran las clases (que normalmente coincide con el comienzo de las vacaciones y este año se adelantaron por el cierre de escuelas) tal como sucede con la gripe común.

La gente más afectada fue aquella que no se vacunó porque no era aconsejable (caso del grupo etario de 50 a 59 años) o bien no se hizo por desidia (embarazadas o niños pequeños a quienes sí se aconseja vacunar pero que no se hace).

Mientras en todo el mundo la tasa de muerte por la gripe porcina es menor que la de la gripe común, en Argentina no sucede lo mismo (salvo que los datos no están científicamente computados).

Los políticos y los medios han hecho de la gripe porcina un campo más de su batalla particular, engañando por enésima vez a la gente, creando un pánico innecesario y generándole a algunos iluminados un lindo negocio donde no lo debía haber.

REPORTAJE: EL VIRUS DEL SIGLO XXI

Lecciones del caso argentino

El principio del fin de la gripe A coincidió con el calor y el adelanto de las vacaciones

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ 13/09/2009

En Argentina hubo un millón de casos de gripe A y todavía se siguen registrando algunos contagios, pero la crisis que provocó la saturación de los servicios médicos ya se superó, los ciudadanos hacen su vida normal, llenan los teatros, los cines y los cafés, los colegios funcionan y nadie parece acordarse del agobio de finales de junio y principios de julio, cuando, con la llegada del primer frío del invierno austral, la gripe porcina puso patas arriba a todo el país.

Los expertos no descartan la posibilidad de una segunda oleada, más suave, si regresa el mal tiempo. Pero, por el momento, el cambio climático está teniendo un efecto beneficioso: el invierno ha durado realmente poco y Buenos Aires, por ejemplo, supera ya los 20º de máxima. En el sur, donde las temperaturas siguen siendo moderadamente bajas, la situación está también controlada, aunque no faltan las bromas sobre el hecho de que el presidente colombiano Álvaro Uribe anunciara, dos días después de asistir a la cumbre de Unasur en Bariloche, que padece la gripe A. "La tenía antes de llegar", aseguran las autoridades argentinas. El resto de los presidentes guarda silencio (y vigila su temperatura).

Averiguar cuántos casos de gripe A (H1N1) ha habido exactamente hasta ahora en Argentina es tarea difícil, porque las autoridades médicas dejaron muy pronto de diferenciar entre los distintos tipos de gripe y de enviar muestras para su análisis formal. Lo único seguro es que de 18.385 muestras analizadas al principio de la epidemia, oficialmente 8.240 casos fueron de gripe porcina, es decir, un 44,8%. El ministro de Salud, Juan Manzur, afirmó recientemente que proyecciones posteriores permiten estimar que durante las peores semanas el porcentaje fue del 92% y que en total hubo más de un millón de infectados por la gripe A. La cifra da cuenta de la extraordinaria rapidez y agresividad del contagio de este nuevo virus.

Por último, se sabe que hasta el momento se han registrado 512 muertes asociadas a la nueva gripe. El país latinoamericano con más víctimas fatales es Brasil, con 577 fallecimientos, pero hay que tener en cuenta la enorme diferencia de población entre los dos países: 40 millones de habitantes en Argentina frente a 191 millones en Brasil.

Del último informe epidemiológico publicado por el Ministerio de Salud argentino se desprenden algunas conclusiones que están siendo analizadas con gran interés, especialmente en Europa, que se prepara ante la irrupción de la gran epidemia. Por ejemplo: en Argentina, el mayor número de fallecimientos se produjo en el grupo de edad de entre 50 y 59 años, y no entre los mayores de 60 (como suele ser habitual en la gripe estacional normal). Los expertos se preguntan si tuvo algo que ver el hecho de que los mayores de 60 estuvieran en buena parte vacunados contra la gripe normal, pero no existe evidencia de nada parecido. El mayor número de muertes se concentró en las semanas comprendidas entre el 20 de junio y el 18 de julio, cuando el contagio estaba descontrolado y los servicios sanitarios, agobiados.

Los expertos argentinos consideran importante subrayar que, aunque el mayor número de fallecimientos se produjo entre personas de 50 a 59 años, la mayor incidencia de casos graves se registró entre menores de cinco años, algo muy poco frecuente en la gripe estacional normal y que despistó a muchos pediatras. Es igualmente relevante constatar que de las 302 mujeres embarazadas que contrajeron el virus H1N1, el 63% tuvo que ser hospitalizado por la gravedad del caso.

Los análisis semana a semana indican que el gran pico de contagio empezó a bajar suavemente a partir del 10 de julio, coincidiendo con el cierre de los colegios y de las recomendaciones de no asistir a espectáculos -los teatros estuvieron clausurados diez días en todo el país- ni a locales cerrados. Muchos expertos consideran que los niños son un vector de contagio formidable, porque no asumen medidas de higiene que los mayores incorporan a sus hábitos con más facilidad, y porque mantienen y provocan continuamente el contacto físico. Según eso, el adelanto de las vacaciones invernales fue decisivo a la hora de frenar la curva disparada de nuevos casos.

La bajada del índice de contagios no significa que la enfermedad haya desaparecido. Aun en la semana del 10 al 16 de agosto, el virus H1N1 era responsable del 92% del total de virus respiratorios notificados en mayores de cinco años. En los menores, había bajado hasta el 22,8% de los casos analizados, mientras volvía a subir el clásico virus VSR, el germen más común que causa infecciones en los pulmones y en las vías respiratorias en los bebés y en los niños. En cualquier caso, se trata ya de cifras pequeñas y Argentina se prepara para la primavera mucho más inquieta por el regreso del mosquito del dengue que por los nuevos casos de gripe porcina.

Lo que sí ha dejado claro el episodio de la gripe A es que Argentina resultó especialmente afectada porque padece niveles de pobreza mayores que los admitidos oficialmente y porque la red de prevención falló estrepitosamente en las primeras semanas, probablemente debido a que el país estaba sumido en una disputada campaña electoral.

viernes, septiembre 04, 2009

Tan equivocado no estaba…

Hoy apareció la siguiente nota en El Periódico de Barcelona, dando cuenta que la famosa gripe A no es peor que la epidemia de gripe “normal”. Después de todo la salud es siempre un negocio y el pato lo pagamos los pacientes…..

 

EVOLUCIÓN DE LA PANDEMIA EN EL INVIERNO DEL HEMISFERIO SUR

Las muertes a causa del H1N1 no alcanzan a las de las viejas gripes

• El virus nuevo ha relegado en Australia a los que ocasionaron infecciones anteriores

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

Las cifras de muertes causadas hasta ahora por el virus de la gripe A en los países del hemisferio sur, donde está acabando el invierno, no han alcanzado a las previstas por los epidemiólogos e incluso son inferiores a las que esperaban sus administraciones sanitarias. Los fallecidos totales en dicho hemisferio a causa de la enfermedad son 1.796 personas.
En Australia, cuyo sistema de detección de virus respiratorios es muy similar al español, se han registrado 95 muertes por gripe A, que equivale a un índice de letalidad de 0,45 por cada 100.000 habitantes. La gripe estacional que atravesó España en el invierno pasado tuvo una tasa de mortalidad próxima a 1,5 por cada 100.000 habitantes.
MEJORA DEL CONTROL / A los virus que afectan al sistema respiratorio se atribuyeron en España más de 3.500 fallecimientos el invierno pasado, de los que un gran porcentaje, pero no todas, correspondió a la gripe. Estas muertes, asumidas como ine-
vitables por el sistema sanitario
–la comunidad científica descarta la erradicación de la gripe–, siempre han sido contabilizadas de forma estimativa dadas las dimensiones de la población a que aluden. Esta temporada de virus nuevo, no obstante, los centros de control intentarán milimetrar sus datos, un objetivo que puede resultar un imposible. «Las cifras atribuidas a la gripe nunca reflejan toda la realidad, porque se trata de una epidemia masiva y con infinitos matices, pero sí se pueden establecer tendencias», afirma Antoni Trilla, epidemiólogo del Hospital Clínic y asesor de la Conselleria de Salut. Uno de los datos ya comprobados en Australia, considerados anticipo de lo que puede suceder de inmediato en Europa, es el desplazamiento que el virus A está haciendo de su predecesor de la vieja gripe.
Un 80% de los procesos víricos que están sufriendo los australianos son causados por el A/H1N1 y apenas un 20% se debe al anterior virus. Esta correlación, establecida como hipótesis en el hemisferio norte, aporta una cierta tranquilidad a quienes temen la coincidencia, o competencia, de ambos virus gripales en un mismo individuo. Hay que tener en cuenta que los grupos humanos que serán vacunados contra una y otra gripe serán distintos, y que, salvo situaciones excepcionales, una misma persona no estará protegida este año contra las dos infecciones respiratorias. La vacuna de la gripe A se administrará a personas menores de 60 años, además de a enfermos respiratorios, cardiópatas, inmunodeprimidos y embarazadas. La vacuna de siempre se ofrecerá a los mayores de 60 años y a algunos de los enfermos crónicos incluidos en los colectivos citados. En todo caso, las vacunas antigripales que se elaboren para el invierno del 2010 ya podrán precisar mucho más que la de este año el objetivo a abatir. La eficacia de las del 2009 es una incógnita.
La infección gripal sigue avanzando lentamente en España, y esta semana ya afecta a 54 de cada 100.000 personas. En Catalunya, donde la contabilidad incluye a todos los virus respiratorios circulantes, la tasa de enfermos se eleva a 86 de cada 100.000 habitantes. Hasta ahora, han muerto en España 0,18 de cada 1.000 enfermos, informó Sanidad.
SEPARACIONES SUAVES / Los hospitales catalanes están preparados ante la eventualidad de que el primer brote epidémico se produzca a finales de octubre, aunque no descartan que la cima máxima de la epidemia de este invierno se inicie en diciembre, lo que supondría la coincidencia de los dos virus gripales. En esos momentos, a todos los enfermos que lleguen a un hospital se les preguntará, en la puerta, si sufren fiebre y tos. Quienes digan que sí, recibirán una mascarilla y ocuparán un ala predeterminada de las salas de espera. No habrá áreas exclusivas de aislamiento para los griposos –no hay sitio–, pero sí suaves separaciones.