viernes, mayo 28, 2010

Carta abierta a Hernán

Hola Hernán:

Hace un rato te llevé a tú cena de fin de curso con tus amigos porque terminaste el secundario (bachillerato por estas tierras). Puede que parezca un hecho banal pero en realidad acabas de dejar atrás la infancia y la adolescencia y entraste en el mundo de los adultos.

Es un mundo complejo, emocionante, muchas veces desagradable y otras tantas fabuloso, donde tendrás que afrontar múltiples circunstancias que en algún momento te harán flaquear.

Para ese mundo es que tratamos de prepararte mamá y yo. Procuramos enseñarte a pescar aunque pareciera que a veces te regalábamos el pescado.

Personalmente creo que estás preparado para enfrentarlo.

De los tres vos sos, según mi punto de vista, el que la tuvo más complicada. Primero por ser el del medio. En todas las familias son los que la pasan un poco peor. Se salvan de que experimentemos con ellos (como con los mayores) pero no reciben tanta atención, más aún después que llega el siguiente. Pero al margen de eso, las circunstancias familiares no te han favorecido en demasía. Desde tener que dejar a tus compas en Inmigrantes para pasar al Normal hasta meterte en medio de un grupo nuevo, a escasos días de haber llegado a tierras extrañas, y sin hablar el idioma. Con esto no desmerezco el esfuerzo de tus hermanos, que también fue mayúsculo, pero sé que el tuyo lo fue un poquito más.

Siempre lo sacaste adelante. Y nunca te quejaste, al menos no demasiado. Tampoco esquivaste el bulto y siempre fuiste al frente. Como buen rugbier que sos.

No sé si existe alguna relación entre la música que escucha un bebé en el vientre materno y su carácter posterior pero lo que sí sé, es que vos sos un Matador (la canción de los Cadillacs que mami escuchó un millón de veces mientras te tenía en la panza y con la cual saltabas como loco en la cuna).

De aquel bebé tranquilo que jugaba sin chistar por horas al pequeño demonio que descubrió la libertad (y a Floppy) rompiendo el corralito, pasando por el que me dejó pasmado cuando, en el viaje a Bariloche y apenas terminado primer grado entendió el concepto de la potenciación. El que me hizo desmayar cuando te cortaste la frente con la maceta en el patio de la abuela Alicia. El que decidió ir al industrial cuando recién había empezado el primario. El que perseguía monedas debajo del asiento del coche y que acunó la frase “moneditas, moneditas, vengan con papito” cuando apenas tenías 5 años. El degenerado de la casa. El molesto atacante de cosquillas. El que se consiguió su trabajo sin ayuda. El que pide poco y ofrece mucho. El financista.

Hernán, sos un tipo especial. Cariñoso, inteligente, de buen humor, buen tipo. No dejes nunca de serlo. Es lo que importa. Andá siempre para adelante y si la cosa viene fea aguantá que a la larga mejora.

Un abrazo grande, te quiero mucho

Papá