domingo, marzo 22, 2009

Gerenciando

Hace unas semanas, quienes vivimos en España, leemos a diario en la prensa los avatares de las empresas automotrices. España es, detrás de China, el país que más autos fabrica de marcas extranjeras. Acá en Catalunya dos plantas, la de SEAT (del grupo Volkswagen) y la de Nissan, concentraron centímetros y centímetros de páginas de diarios y muchos minutos en televisión y radio. La marca japonesa saldó su conflicto con el despido de varios cientos de trabajadores y con importantes ayudas gubernamentales que lograron mantener activa la planta de la Zona Franca de Barcelona (aunque a decir verdad lo que decidió la supervivencia de esta fue la falta de fondos para construir la planta que tenían planificada en Marruecos, porque si podían construir esta, con sus trabajadores semi-esclavos, ninguna ayuda hubiese bastado). Por otra parte, en el conflicto con SEAT, al margen de algunos cientos de despidos y de extorsionar a más no poder a sindicatos y proveedores para que los costos bajen y poder producir una 4 x 4 de Audi (la Q3) la situación aún no se ha clarificado. Una de las exigencias es que los empleados congelen sus salarios por 2 años (normalmente los sueldos aumentan todos los años con el índice de precios para evitar que caiga el poder adquisitivo). Los trabajadores aprobaron la moción en un referéndum que se llevó a cabo esta semana. Pero lo más triste de todo es que, después del referéndum, salió a la luz que el presidente de SEAT (que el año pasado perdió dinero como todas las automotrices radicadas en España) vio como su salario pasaba de 2,8 a 9,5 millones de euros al año.

Recuerdo hace unos años, cuando trabajaba en una empresa sueca, que en el mes de julio los top managers (que eran suecos) se iban de vacaciones a su país. Cuando se analizaba, al final del año, cual había sido el mes con mejores resultados económicos, invariablemente el mismo era julio. Lo mismo sucedió en esa misma empresa en Chile, cuando gobernaba Allende. En determinado momento el sindicato desplazó al management destinado en Santiago y la dirección de la empresa quedó en manos de un comité de trabajadores. Luego del triste 11 de septiembre de 1973 los suecos se sorprendieron porque encontraron la empresa en mejores condiciones de lo que la habían dejado.

Los autos no pueden construirse sin trabajadores. Las plantas químicas no pueden operar tampoco. Pero si pueden manejarse empresas sin presidentes y con un management reducido. ¿No es hora de que comencemos a podar esas ramas de los árboles?. O al menos hacer que se ubiquen en el lugar de la palmera que les corresponde…..

martes, marzo 17, 2009

Una visión profética de lo virtual

El domingo salió publicada esta nota en El Periódico de Catalunya y me pareció muy interesante

Las fantasías más abstractas de Borges se hacen realidad en internet

JUAN RUIZ SIERRA
MADRID

A mediados de diciembre del 2002, el escritor William Gibson, padre de la literatura cyberpunk y creador del término ciberespacio, dio una conferencia en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). Su visita coincidió con la exposición Borges y Buenos Aires, así que Gibson entró, la vio y salió de ahí intrigado. Conocía la obra del autor argentino, sí, pero nunca la había visto de esa manera. Nunca, hasta entonces, había percibido la capacidad de Jorge Luis Borges --un hombre de costumbres tradicionales, que trabajó durante casi dos décadas como bibliotecario y solía cautivarse con la lectura de textos antiguos-- para prefigurar el presente tecnológico. Y sobre todo, como cada vez se pone más de manifiesto, para predecir el invento que acaba de cumplir dos décadas, quizá el más importante de finales del siglo XX: internet.
El ejemplo más claro para conceder a Borges el título de webmaster se halla en La biblioteca de Babel. Escrita en 1941, la historia habla de una colección de libros "interminable", "total", cuyos "anaqueles registran todas las posibles combinaciones de los veintitantos símbolos ortográficos (número, aunque vastísimo, no infinito) o sea todo lo que es dable expresar: en todos los idiomas". Pero hay más, mucho más. A su extraña y compleja manera, el escritor, fallecido en 1986, tres años antes de la aparición de la red, anticipó gran parte de los fenómenos que se dan hoy en ese vasto y creciente lugar: Wikipedia, los atlas virtuales, Google Books, la adicción a internet, la identidad en internet, la pérdida de la capacidad de concentración que trae consigo internet, el caos de internet, la distancia entre dos internautas o los navegadores.
O puede que no, puede que Borges no anticipase nada y sean ahora críticos como Umberto Eco o varios académicos norteamericanos --el año pasado aparecieron en Estados Unidos dos libros sobre el asunto, Borges 2.0: From text to virtual worlds, de Perla Sassón-Henry, y el colectivo Cy-Borges-- quienes interpreten así su obra. Sin embargo, según Juan In-
súa, jefe de actividades del CCCB y responsable tanto de la muestra Borges y Buenos Aires como de la invitación en el 2002 a Gibson, el autor cyberpunk --quien tras su visita a Barcelona prologó la edición en inglés de un compendio de historias y ensayos borgianos--, "el paralelismo existe. Puede que los puristas pongan el grito en el cielo, pero existe".
EL EXTRATERRESTRE
Si un habitante de otro planeta llegase a una Tierra en la que ha desaparecido la red pero queda su recuerdo, uno de los mejores métodos --y sin duda uno de los más placenteros-- para explicarle qué era aquello pasaría por darle a leer algunos pasajes del autor. Ahí está esa biblioteca en la que "por una línea razonable o una recta noticia hay leguas de insensatas cacofonías, de fárragos verbales y de incoherencias". Tal cual internet, un lugar caótico, en el que la información, para bien o para mal, no está jerarquizada, donde toda consulta entraña el riesgo de acabar intoxicado por datos erróneos o inexactos, un lugar en el que si uno carece de un filtro contra el spam recibe cientos de correos basura cada día, hasta el punto de que resulta muy complicado identificar los e-mails genuinos.
Claro, la fantástica biblioteca es "infinita", o, mejor dicho, "ilimitada y periódica": "Los mismos volúmenes se repiten en el mismo desorden". En 1993, internet contaba con 130 sitios web. En 1994, había 2.700. En 1995, 18.000, cifra que nueve años después, en el 2004, ascendía a 50 millones. En febrero del 2009, el último periodo del que se tienen datos, había en la red, según la compañía Netcraft, cerca de 216 millones de sitios. Y muchos de ellos presentan una información casi idéntica. Al buscar en Google síntomas del resfriado se obtienen 7.470 enlaces que vienen a decir, en su mayor parte, lo mismo. Los mismos volúmenes, como en la historia de Borges, se repiten en el mismo desorden.
EFECTOS DE LA MEMORIA TOTAL
Hace tres años le hicieron a Umberto Eco una de esas preguntas abiertas que solo se hacen a los intelectuales de determinada talla. "¿Adónde va internet?", inquirió un periodista de Le Nouvel Observateur. Y Eco, como es natural, contestó: "Lo ignoro".
Pero después, el novelista, crítico, filósofo y semiólogo italiano echó mano de un relato del autor argentino para expresar algo preocupante sobre la red. "Borges nos contaba en Ficciones la historia de Funes o la memoria --dijo Eco--, este hombre que se acordaba de todo, de cada hoja que había visto en cada árbol, de cada palabra que había oído durante su vida y que, debido a su memoria total, era un perfecto idiota. La función de la memoria no es solo conservar, sino también filtrar. La cultura es también un proceso de conservación y de filtración, por medio del cual sabemos quién era Hitler, pero no de qué color eran sus calcetines el día en que se suicidó en su búnker. Ahora bien, para un navegante ingenuo, internet es Funes. Internet le dice todo sin decirle si tal o cual información es fiable. Toda cultura está regida por los filtros de las enciclopedias (en el sentido del Larousse, pero también de repertorio de saber virtual compartido por una comunidad). Pero la enciclopedia puede decirnos cosas falsas, como las de principios del siglo XX, que nos hablaban del éter cósmico. ¡Si no se educa a los internautas para la navegación, acabaremos por tener 6.000 millones de enciclopedias, una por cada habitante del planeta!".
SOCIEDAD SECRETA
Y así como en Funes el memorioso se reflejan la avalancha de datos carentes de contexto que trae consigo la red y la pérdida de la capacidad de concentración y abstracción de muchos internautas ante la ingente cantidad de estí-
mulos a los que se exponen, hay otras historias de Borges que corren paralelas a fenómenos actuales. Los atlas en internet --Google Earth, por ejemplo-- aparecen definidos en El Aleph, "el lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos". Cuando el escritor, en Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, habla de la imaginaria región de Tlön, creada por "una sociedad secreta de astrónomos, de biólogos, de ingenieros, de metafísicos, de poetas, de químicos, de algebristas, de moralistas, de pintores, de geómetras- dirigidos por un oscuro hombre de genio" parece estar refiriéndose a Wikipedia, la enciclopedia en la que cualquiera puede participar de forma anónima.
Y, por último, una más entre las muchas analogías que pueden hacerse, está la adicción a internet: en El libro de arena, Borges cuenta la historia de un texto sagrado que atrapa por completo al narrador. "Me quedaban unos amigos --escribe--; dejé de verlos. Prisionero del Libro, casi no me asomaba a la calle. ... Declinaba el verano, y comprendí que el libro era monstruoso. De nada me sirvió considerar que no menos monstruoso era yo, que lo percibía con ojos y lo palpaba con diez dedos con uñas. Sentí que era un objeto de pesadilla, una cosa obscena que infamaba y corrompía la realidad".

lunes, marzo 16, 2009

Volver a empezar

El otro día escribía sobre mis 25 años trabajando. Y hoy vuelvo a empezar.

Cómo cuando entré a Techint por primera vez en octubre de 1983, hoy comencé una formación (gratuita) de dos semanas de duración en el aeropuerto de El Prat. Si apruebo los exámenes seré un empleado de checking para NewCo.

Mientras estaba en el curso me sentí un poco extraño. No quizás por estar en él sino porque era uno de los más viejos y la instructora nos explicaba las cosas que uno ya vivió como pasajero.

Pero el golpe más duro lo recibí a la hora del organigrama. Es extraño, después de 25 años de trabajar y de estudiar para mejorar día a día, volver a encontrarte en la base de la pirámide.

Esperemos que sea sólo por un tiempo….

jueves, marzo 05, 2009

Bodas de plata laborales

Promediando el último año del industrial, uno de los profesores nos trajo la noticia que Techint comenzaba los cursos de “Jóvenes Dibujantes” con vistas a incorporar técnicos para los niveles iniciales de la empresa.

El curso consistía en unas cuantas clases, los días sábados por la mañana, dictadas por los profesionales de TEPGE (o sea la rama de ingeniería de la T) en los que se explicaban una serie de cosas que en las escuelas técnicas no formaban parte de los programas pero que la empresa necesitaba. Para los que estudiábamos mecánica (tal era mi caso) las áreas en las que nos podíamos anotar eran Piping, Recipientes o Equipos Mecánicos. La mayoría eligió piping porque, según nos explicó el profe, era donde más gente se necesitaba. Para variar yo jugué mi carta en otro lado (rebeldía juvenil que aún no se ha ido del todo de mí ser). Me anoté en Equipos Mecánicos. El curso fue muy interesante porque Fernández (el DEZ) nos enseñó (pese a no ser un buen instructor) fundamentos de soldadura de equipos, de diseño de aire acondicionado y de tolerancias (que aún no puedo creer que no se explicaran mejor en el colegio…). La cosa es que durante septiembre y octubre del 83 me pasé todas las mañanas de sábado en esas clases. Y para cerrar el curso teníamos una prueba. La misma consistió en el cálculo de una instalación de aire acondicionado para unas oficinas y en la realización de un plano (primera vez en mi vida que trabajé con un tablero y un plano tamaño A0). Al finalizar el curso DEZ nos dijo que lo llamáramos a comienzos el 10 de diciembre para saber quien ingresaría a trabajar.

Como el glorioso 10 de diciembre de 1983 caía sábado y yo, ansioso de porquería, no podía esperar hasta el lunes, lo llamé el 9. Y en ese llamado me confirmó que había sido seleccionado y me citó para una reunión con su jefe, Gaudio, durante la semana siguiente. Ahí me enteré que había sido el único elegido de los 20 del grupo (después entro otro más porque promovieron a un chico del depto.). Yo estaba feliz con la noticia pero en casa no cayó nada bien. Nadie quería que trabajara y a decir verdad no me hacía falta. Mi vieja, mi abuelo, todos me decían que mejor estudiara y con la carrera más avanzada comenzara a trabajar. Pero no contaban con dos cosas: primero que cuando quiero ser cabezón, no me ganan ni Duhalde y segundo que yo me había enamorado de Techint (aún hoy tengo la T guardada en algún lugarcito del corazón) gracias a una nota que leí en Crónica (diario al que era afecto mi papá) sobre los gasoductos que construía en Perú y Arabia Saudita.

Y así fue que el lunes 5 de marzo de 1984 comencé con mi carrera como trabajador. Ese día me asignaron mis sigla PIM (con la que firmabas los planos). Y así comenzó todo. O sea que hoy se cumplen 25 años de ello.

¿Qué balance puedo hacer de estos 25 años?. Si me pongo a verlo desde la situación actual, desempleado en un mundo pleno de incertidumbre diría que podía haberlo hecho mejor. Pero para eso debería haber traicionado al Marcelo persona y creo que no vale la pena. Aunque a veces me putee y diga lo contrario, la base moral la tengo y creo que eso es lo importante. Puede que en todos estos años alguien se haya molestado u ofendido por cosas que hice, puede que haya perjudicado a algunos, pero siempre traté de ser lo más ecuánime que pude dada la circunstancia y de provocar el menor daño posible. No me enorgullece haber despedido a gente por lo que entiendo a quienes han tomado la decisión de prescindir de mis servicios, siempre que lo hayan hecho en pos del bien común (cosa que las dos últimas veces no sucedió sino que privaron o los pesos en el bolsillo o el amiguismo) pero ya es agua pasada. Siempre insté a los que me rodeaban a que se perfeccionaran y que avanzaran en sus carreras (profesionales y, por sobre todo, en su vida), cosa que creo que yo prediqué con el ejemplo.

En estos 25 años conocí mucho gracias a mis trabajos. Aprendí y me formé. Recorrí toda la Argentina y varios países más del mundo, me establecí en España, pero lo más importante es que conocí a muchísima buena gente (y bastante poca de esa gente de mierda). Gente como Fernández, “Chupete” Delettis o Vega en Techint; como Adriana Deustsh, Luis Lonardi, Gustavo Ollero, Hakan Karlsson, Marcelo Boccardo, Daniel Alfieri, Pablo Dameno, Carlos Rodríguez, Marcelo Mancuso, Maria Laura Aparicio, Rubén Sottosanti, Héctor Fernández Righi, el maestro Tallata, el gordo Naveira, Walter Vordi (a este más que en el laburo lo tengo de karma…. jajajaja) en AGA; como Gustavo Cooper, Leonardo Todaro o Fernando Santillán en Ryder; como Elizabeth Carro, Horacio Roggiero, Ignacio Urteaga, Gustavo Heredia, María Bloj, Diego Idelson, “Pato” Quintana, Carlos Daneri, Eduardo Lazzati, Gustavo Tripodi, Marta Dellepiane, la gente de sistemas, RR.HH., el CUME o el call center en IHSA; Eduardo Rodríguez, Ana María Correa, Diego Pattín, Carles Triginer o Alex Miró en la UTE; proveedores como el pelado Savini, Martín Lussich o los ambulancieros de IHSA; o todos los de Sfera desde Juan Benítez, Sonia Gallego y Tatiana Davare a Isabel Balust, Guillermo Berger, las chicas de Administración, la gente de Redacción, de Telemarketing, de Marketing, de Sistemas o de Field, etc. y tantos otros que me olvido y con los cuales soy muy injusto, son pequeños tesoros que uno se encuentra en la vida laboral y que pese a que quizás nunca los volverás a cruzar sabes que el recuerdo de los días compartidos con ellos valieron la pena.

¿Qué espero del futuro? Si los genios de las finanzas, que durante años han dictado que se debe o no hacer en el mundo pero que siempre han terminado equivocándose, me dejan tengo por delante casi 25 años más de carrera para alcanzar la jubilación. Y creo que va siendo hora de comenzar a replantearse como afrontarlos. Me cansé de jefes y no porque los que tuve hayan sido malos (por el contrario creo que he tenido jefes excelentes), sino porque han sido malos los jefes de sus jefes. Siempre pensando en la “bottom line” y olvidándose que en las empresas importa el capital (vaya si importa) pero para que el capital rinda necesita que haya quien trabaje por él. Y si nadie trabaja, el capital (o simplemente el dinero) es papel pintado. También debo reconocer que la especialidad que me elegí es ingrata porque cuando haces las cosas bien simplemente cumpliste con tú trabajo y cuando las haces mal se acuerdan de todo tu árbol genealógico (ya sé que todos pueden decir lo mismo pero el que escribe soy yo…jajaja). Veremos que sale. Después de todo Enzo Ferrari creó su escudería a los 50 años y se cansó de ver a sus coches ganar carreras y venderlos por todo el mundo…. Y yo apenas tengo 43. J